Necesitaba que todo lo que tenía adentro saliera.
Pero nada de eso pasaba, tenía un nudo en la garganta que no me dejaba respirar, pero si llegaba a decir una sola palabra iba a explotar en llanto, no quería eso. Pero sus palabras me dolían, y mucho. Traté de simular que no me importaba o que entendía porque me decían todo eso, no sé si era capaz de entenderlo, tampoco sé si puedo entenderlo ahora, capaz que más adelante sí, pero ahora no.
Las palabras duelen, y a veces, matan. Yo lo sabía. Por eso odiaba cuando en medio de un momento de enojo decía cosas que no querían, o cosas que pudieran lastimar a alguien más. Por momentos sentí que yo todo el tiempo trataba de cuidar mis palabras por el efecto que ellas pudieran causar, pero a los demás parecía no importarle decir cosas que pudieran lastimarme.
Quizás si tengo que cambiar. Pero no quiero que toquen mi esencia. No quiero que me maten y que quede algo que nunca estuvo en mis planes ser. Quiero ser feliz con lo que soy. Yo soy feliz con lo que soy ahora, pero al parecer algunos no. Creo que con mi manera de ser (refiriéndome a esos aspectos que quieren que cambie) no lástima a nadie, a lo sumo, podrán hacer que yo me choque la cabeza contra la pared, pero bueno si tiene que suceder que así sea, pero no quiero que me limiten, que me encierren porque así me siento si tratan de elegir que es lo que debo ser.
Tal vez exagero. Pero así es como me siento.
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