martes, 11 de febrero de 2014

-Dime: Dorian Gray, ¿te tiene mucho afecto? 
 El pintor quedó pensativo unos instantes. 
 -Sí -contestó al fin -; sé que me tiene afecto. Claro que yo le mimo lastimosamente. Encuentro un placer singular en decirle cosas que sé que sentiré haberle dicho. Generalmente está muy cariñoso conmigo, y nos sentamos en el estudio y hablamos de una porción de cosas. De cuando en cuando, sin embargo, es terriblemente aturdido, y  parece complacerse en hacerme sufrir. Entonces comprendo, Harry, que he entregado mi alma entera a un ser que la trata lo mismo como si fuera una flor que prenderse en el ojal, una condecoración que  halaga la vanidad, el adorno de un día de verano.
 -Los días de verano son largos -murmuró Lord Henry -. Quizás seas tú el primero que se canse. Es doloroso de pensar; pero no cabe duda de que el talento dura más que la belleza. Esto explica por qué nos  tomamos tanto trabajo en instruirnos. En la lucha sin tregua de la vida necesitamos algo que perdure; por eso llenamos nuestra mente de ripios y de hechos, en la necia esperanza de conservar nuestro sitio. El hombre enterado de todo: tal es el ideal moderno. Y el espíritu de este hombre enterado de todo es una cosa abominable, un baratillo, todo monstruos y polvo, todo tasado en un precio más alto que su valor. En fin, sea lo que sea, creo que tú serás el primero en cansarte, un día mirarás a tu amigo, y lo encontrarás un poco desdibujado, o no te gustará su tono de color, o cualquier otra cosa por el estilo. Y se lo reprocharás amargamente en tu corazón, y creerás con toda seriedad que se ha portado muy mal contigo. Al día siguiente estarás con él perfectamente frío e indiferente. Lástima grande, porque empezarás a cambiar. Lo que me has contado es toda una novela, una novela de arte..."

El retrato de Dorian Gray.

zadnama:

untitled by Elizabeth Spence on Flickr.

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